CON BRILLO: Cómo hacer para tener la cocina siempre limpia

martes, 1 de julio de 2014

Cómo hacer para tener la cocina siempre limpia

Nada como poner un ejemplo a pequeña escala, para convencerse de que eso mismo compensa a gran escala. A veces nos da por pensar que algunas tareas, como dejar seca la pila o el fregadero están de más. Gran tentación. Sin embargo, no lleva más de un minuto hacerlo y cuando te acostumbras a aclarar y secar -al menos después de fregar cacharros-, ahorras tiempo el día que te toque limpiarlo más a fondo... además de que ahorrarás en productos de limpieza.

A la hora de cocinar, nada como ir pensando en la recogida para salir airosas y con tiempo de allí. Cada cuál tiene sus hábitos y maneras. Dejamos aquí algunos puntos de Alicia Bustos que son casi como de examen por si sirven para aligerar el 'trance' de cocinar sin que suponga después tener que estar una hora recogiendo el 'campo de batalla'...

Photo: www.decoracionfacilisimo.com

El mejor modo de lavar menos es manchar poco. Sin exagerar, claro. Si la pila de fregar se llena con agua caliente y detergente –no demasiado, que no es un baño de espumas- pueden meterse a remojo las cosas a medida que se manchan, con lo que se va despegando la suciedad; nunca se meten los cuchillos o tijeras para evitar cortarse al meter la mano en el agua: éstos se lavan sobre la marcha.
Cuando se necesita algo -recipiente, utensilio…- se mira primero en la pila, para utilizar lo que está escurriéndose o en remojo a medio lavar, antes de sacar y poner en juego todo lo que existe.
En la duda, utiliza recipientes grandes, para no tener que cambiar de cazo a mitad de cocción porque se desborda.
En líneas generales, en una cocina el que mancha friega. Salvo otros motivos que lo justifiquen, está muy mal inundar la pila y dejarla para el que venga detrás…
Limpiar es sencillo, pero se puede tardar mucho, muchísimo o poco, se puede gastar mucha agua o sólo la necesaria, etc. 
Cuando hay que fregar un lote grande de piezas, hay que ponerse a ello con ritmo. Como si fuera un deporte, porque si no te eternizas. Entonces se pone uno los guantes de goma, se cambia el agua de la pila de fregar si es que está sucia, se colocan todos los cacharros juntos a un lado, y siguiendo el principio de marcha adelante se frotan, aclaran y escurren. Yo empiezo primero por lo sencillo –aunque también podría meterse en el lava vajillas–, para que se vaya escurriendo una vez aclarado, y lo que hay que frotar a conciencia lo dejo para el final y así mientras tanto se va ablandando en el remojo. 
No compensa secar de inmediato: mientras enjabonas y limpias las superficies de las mesas de trabajo y los fuegos, las cosas van secándose al aire. 
Los trapos de secar tienen que estar limpios: la toalla de felpa es para secar las manos, los trapos oscuros para batería y sartenes, los claros para cristales y demás. Aunque lo cierto es que sería más higiénico secarlo todo con papel de celulosa de usar y tirar. Y ya que canso con estas pequeñeces, deja que te diga que intentes no arañar las sartenes y la batería de cocina con estropajos demasiado abrasivos; esos estropajos que borran los números de los termostatos y de los mandos, y luego uno no sabe a qué fuego pertenece cada botón… no sé si te habrá pasado alguna vez. Compra estropajos que froten pero no arañen demasiado (no es tarea fácil, la verdad).

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