Algunas tareas de limpieza pueden relegarse a una, dos o tres veces al año; no son imprescindibles, pero si no las llevas a cabo tu casa lucirá descuidada. Son las siguientes:
Limpiar las persianas, dependiendo del tipo de persiana que tengas y de
si vives en una calle muy transitada acumulará más o menos suciedad, te recomiendo
que las limpies al menos tres veces al año, puesto que son partes de difícil acceso
en las ventanas y es trabajoso limpiarlas.
Lavar cortinas: si en tu casa hay fumadores deberás lavarlas más a
menudo, pues el humo las amarillea, si no puede ser suficiente con dos o tres
lavadas al año, cuando se trate de tejidos lavables en casa, si no son
lavables, entonces llévalas una vez al año a un buen servicio de limpieza
profesional. Te las dejarán como nuevas y sobre todo no las maltratarán.
Lavar zócalos, paredes, esquinas del techo y molduras: si te descuidas
enseguida se puede formar telas de araña, por eso es importante encargarse de
ellos tres veces al año como mínimo. En el blog encontrarás trucos para
limpiarlos.
Limpiar las lámparas de techo: conviene hacerlo al menos dos veces al
año a fondo, y de forma ligera quitarle el polvo de vez en cuando con un
plumero de los que tienen mango telescópico. Algunos tipos de lámparas serán
más fáciles de limpiar si los bajas del techo con mucho cuidado. Si son de lágrimas
de cristal te quedarán perfectas si las limpias con un trapo de algodón que no suelte
pelusa y alcohol, o limpiacristales. Una vez hayan quedado totalmente
transparentes sécalas con otro tapo de algodón y vuelve a colgarlas.
Vaciar los armarios de ropa,
limpiarlos a fondo, conviene hacerlo al menos en los cambios de estación,
cuando guardamos la ropa de invierno y sacamos de verano y viceversa. Lo
conveniente es lavar la ropa que se saca para la temporada que comienza, pues quizá
tenga olor a humedad, y lavar también la que se guarda, así se conservará mejor
hasta el siguiente año. Con el armario de blancos también es un buen hábito vaciarlo
al menos dos veces al año, limpiarlo y lavar toda la ropa que contiene antes de
volverla a colocar.
Lavar tapicerías, alfombras y fundas de sofás y otros muebles. Te recomiendo que lo hagas al menos dos veces al año, sobretodo después del verano, porque es una época de calor en la que se suda más y sin darnos cuenta se ensucian más las telas. Si no son aptas para lavado en casa llévalas a un servicio de lavado profesional.
Limpiar la parte trasera del refrigerador, horno, lavadora y secadora, lavavajillas, microondas y horno eléctrico. Estos son electrodomésticos pesados en su mayoría, así que te aconsejo que pidas ayuda para moverlos. Conviene limpiarlos dos veces al año al menos para eliminar la grasa y las pelusas que se forman, y que en el caso del refrigerador, por ejemplo, le restan eficiencia.
Vaciar, limpiar y ordenar libreros: es una labor tediosa, pero los
libros requieren también ciertos cuidados. Es importante sacarlos, sacudirlos
muy bien con un plumero, comprobar que estén en buen estado, si alguno tiene
las tapas desprendidas arréglalo antes de acomodarlo de nuevo.
Limpieza de vajilla, cubertería y cristalería fina: te aconsejo que lo
limpies al menos dos veces al año, procurando que una de ellas sea antes de
Navidad, pues son fechas en las que solemos presumir nuestras mejores piezas,
revisa que no tengan marcas, y si hay desconchones reemplaza la pieza.
Limpiar y abrillantar la platería: si son piezas que usen habitualmente
deberás limpiarlas más seguido, pero si son juegos que tienes de adorno o para
ocasiones especiales conviene limpiarlos al menos dos veces al año. En el blog
encontrarás trucos para que queden brillantes.
Con esta entrada se concluyen las limpiezas programadas del hogar, si
las llevas a cabo poco a poco irás poniendo al día tu casa y tu familia lo
agradecerá.
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