Si al cambiar la distribución de los muebles
en un salón o en una habitación se encuentran en la alfombra esas “huellas” que no se borran con nada, se
humedecen las zonas hundidas con un paño mojado en agua. Luego se pasa por
encima, sin hacer presión, la plancha bien caliente. La lana se recupera sin
ningún problema. También se puede hacer esta misma operación con una plancha de
vapor, sin necesidad de mojar previamente la alfombra.
(De Tips para tu hogar)
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